Quiero
contarles sobre una persona, una persona que agradaba con su simpleza pero
inspiraba con su brillante mente. Desgarradoramente tenemos que decir que Diego Gualda ya no está
entre nosotros, un terrible primer paso para este año entrante, pero el
conocimiento que compartió y no escatimó, nos va a acompañar.
Por
desgracia no fue mi profesor, pero si asistí a muchas de sus charlas y puedo
afirmar que si él conocía algo lo compartía en la mente de sus oyentes como un
excelente orador. Muchos de nosotros lo seguimos apenas lo conocimos. Lo vimos
hacer vídeos de humor, leímos sus obras, escuchamos con atención sus canciones
con un ukulele que le quedaba en las manos como si hubiera nacido para ello, o
incluso leímos varias de sus notas. Y lo admiramos por alguna de estas
cualidades… o por todas.
Pero
dejando de lado el saber, nunca faltaron las risas a su lado. Un ser de lo más
espontáneo, que en cualquier debate o discusión lograba apaciguar las aguas con
un buen comentario que hacía sonreír. No solo eso, cualquiera que haya
escuchado alguno de sus Stand Up puede notar como mezcla la cultura con el
humor, sus defectos con amor propio y la creatividad que se reflejaba cada vez
que alteraba la letra de una canción para sacar risas en su público.
Un
hombre que siempre estaba entre nosotros con un like, un comentario, un debate
sobre Harry Potter, Los Beatles o Star Wars (esperamos que conozca a la
princesa Leia allá arriba), el apoyo sin esperar nada a cambio... La
preparación que se tomaba sobre su discurso sin subestimar nunca la mente de
los más jóvenes y justo eso era lo que hacía que fuera tan querido por la
comunidad, el trato de iguales, la pasión por las letras, el fanatismo o la
lucha por hacer lo que más nos gusta.
Rodeado siempre de amor y risas. Acompañado por su
cariñosa mujer, una increíble Hufflepuff, como él mismo dijo una vez. Para nosotros
se fue un perteneciente de la comunidad, una parte de lo que somos como
lectores, una persona que nos
acompañó
en nuestros primeros pasos, o al menos en los míos. Por esto, y por cosas que
me dejo en el tintero, siempre vamos a guardar a Diego en nuestros
corazones, en sus obras, su música, su
humor, sus hermosas fotografías y su redacción. Y estoy segura que del otro
lado, está haciendo que la mujer de la guadaña suelte varias carcajadas.
Mariana Sardanelli